viernes, 7 de septiembre de 2012

Mi humilde morada

Voy a empezar hablando del lugar donde vivo. El año pasado me alojé en el Colegio de España, pero este año decidí buscar piso para mí. Tras intentar infructuosamente que me alquilasen apartamentos, empecé a probar con habitaciones en pisos compartidos. Y subiendo, subiendo, subiendo el precio, al final encontré un sitio que sí que me lo alquilaban. 
Aunque hubiese estado en el culo del mundo, en el barrio más chungo de todos, me lo habría quedado, pero no. El piso está situado en el barrio de Montparnasse, muy cerquita de la torre. 
El barrio es chulísimo, alrededor de casa tengo todas las tiendas que os podais imaginar: de alimentación, de ropa, de chuminadas de esas que tanto me gustana mí... además de cafés, brasseries, restaurantes varios.
En el piso vivimos cuatro personas: la dueña y dos estudiantes, una francesa y otra alemana.
Mi habitación es bastante grande, cama de matrimonio, muy luminosa, es muy agradable. La casa tiene dos baños y comparto con la dueña. El baño es curioso (pero por lo visto bastante frecuente por aquí) porque el nuestro no tiene taza de váter, sino que hay un aseo separado. El de las chicas sí que tiene todo, mucho más cómodo. Así que eso de meterte al baño por la mañana y ya hacerlo todo y salir duchadita y demás no es posible, hay que andar de un lado para otro del pasillo.
La dueña es muy peculiar. Es fotógrafa, hace exposiciones y cosas así. Tendrá unos 50 años más o menos, es simpática y muy dispuesta a ayudar. Se lleva muy bien con las chicas estudiantes y siempre están tomando el té juntas y cosas así. Ahora las peculiaridades: el baño que compartimos lo tiene hecho un desastre. Está limpio, pero tiene un millón de cosas que va desperdigando por ahí y no recoge. Cuando es tu baño en exclusiva no pasa nada, pero cuando lo compartes... El día que llegué había una taza de té en el baño, con su bolsita de infusión, y estuvo allí como 3 días hasta que desapareció. Esta noche me he levantado a hacer pis a las 5 de la mañana (cuando me acosté la dueña no estaba en casa) y estaban todas las luces del pasillo dadas, la de nuestro baño también, pero ella ya estaba metida en su habitación durmiendo. Fui al aseo y pisé algo crujiente, y eran ¡¡cereales!! Los de la dueña son de esos que tienen frutas rojas, y efectivamente, de esos eran. Los recogí, hice pis, y no me acordé más hasta esta mañana que, cuando he cogido mis cereales, he visto que los suyos no estaban... ¿¿¡¡qué habrá hecho con ellos!!??
En fin, esto le da un poco de diversión al asunto de compartir piso con gente que no conoces.
Próximamente más aventuras

1 comentario:

  1. jeje, vaya personaje la mujer.
    Te diré que ahora me arrepiento de haberte animado a publicar porque encima de que me quedo con las ganas de ir a verte, ¡me entero de todo lo que me voy a perder! jejejeje.

    ResponderEliminar