Si puedo cometer alguna torpeza, la cometeré. Si puedo autolesionarme aunque en principio no parezca muy probable, lo haré. Soy patosa por naturaleza, todos lo sabeis.
Hoy me estaba preparando para ir al laboratorio cuando me veo lo largas que tengo las uñas. Entonces llega el momento "conversación interior":
¿Me las corto? ¿No me las corto? Venga va, qué va a pasar si voy con las uñas así de largas, total, no tengo que meter las manos en ningún sitio para que se puedan romper, ni tengo que manipular nada para lo que me molesten las uñas, nada, así se quedan.
Y así he venido al laboratorio, con las uñas largas. Y me he puesto a hacer un extracto de raíces de judía (es decir, poner en un mortero de cerámica las raíces y buffer de extracción y empezar a darle con todas tus fuerzas hasta hacerlo papilla). Y de agarrar con tanta fuerza me he dado cuenta de que me estaba haciendo daño. Será que me estoy clavando el dichoso palito de agarrarlo tan fuerte. Y una leche. Son mis estupendas uñas, que han quedado grabadas en la palma de mi mano. Y ahí sigue la marca.
Debería hacerme caso a mí misma más a menudo...
Jajajajajajajajajajaja.
ResponderEliminarAy, si es que no tienes arreglo...
ResponderEliminarPatosina hasta la muerte (de hecho, es bastante probable que muera a causa de alguna estupidez de estas).
ResponderEliminarHoy ahí sigue la marca... y duele, claro. Eso sí, hoy tengo las uñas bien cortaditas al ras.